El presente ensayo se compone de cinco conferencias dictadas por Tomas Melendo durante la última década en diversos eventos relativos a la problemática que envuelve hoy en día a la institución familiar. En sus disertaciones, el autor alude con frecuencia al pensamiento de San José María Escriva de Balaguer y de su santidad juan pablo ii -quienes han sido su inspiración-, respecto a la necesidad del mundo actual de preservar la cultura de la familia, sobre todo en esta época en que el matrimonio, el amor humano y el valor auténtico de la paternidad y maternidad se hayan en una crisis que no solo mina los fundamentos de la civilización cristiana, sino también los de la cultura humana. Ante esta circunstancia, Melendo recuerda el señalamiento de juan pablo ii acerca de la importancia capital de que la familia vuelva a encontrarse a si misma, además de la responsabilidad que esta tiene de custodiar lo humano y recobrar su capacidad de trasmitir de manera natural los valores que le dan sentido a la vida. El autor advierte la necesidad de superar la crisis del sujeto moral, que desafía a la familia con su infidelidad al amor mutuo y su repudio a asumir la paternidad - como consecuencia del desapego a su condición de hijo, a la cual considera violatoria de su libertad-, sustentando propuestas en favor de la familia con fundamentos éticos y antropológicos adecuados, con el fin de reconstruir el genuino ámbito natural de la educación.

El presente ensayo se compone de cinco conferencias dictadas por Tomas Melendo durante la última década en diversos eventos relativos a la problemática que envuelve hoy en día a la institución familiar. En sus disertaciones, el autor alude con frecuencia al pensamiento de San José María Escriva de Balaguer y de su santidad juan pablo ii -quienes han sido su inspiración-, respecto a la necesidad del mundo actual de preservar la cultura de la familia, sobre todo en esta época en que el matrimonio, el amor humano y el valor auténtico de la paternidad y maternidad se hayan en una crisis que no solo mina los fundamentos de la civilización cristiana, sino también los de la cultura humana. Ante esta circunstancia, Melendo recuerda el señalamiento de juan pablo ii acerca de la importancia capital de que la familia vuelva a encontrarse a si misma, además de la responsabilidad que esta tiene de custodiar lo humano y recobrar su capacidad de trasmitir de manera natural los valores que le dan sentido a la vida. El autor advierte la necesidad de superar la crisis del sujeto moral, que desafía a la familia con su infidelidad al amor mutuo y su repudio a asumir la paternidad - como consecuencia del desapego a su condición de hijo, a la cual considera violatoria de su libertad-, sustentando propuestas en favor de la familia con fundamentos éticos y antropológicos adecuados, con el fin de reconstruir el genuino ámbito natural de la educación.