Presentación. -- Capacitar para la práctica a través de la teoría. -- Reformular la práctica a través de las filosofías educativas. -- Determinar el modelo de acción a través de los paradigmas psicopedagógicos. -- Impulsar una acción transformadora. -- Promover la autonomía de los estudiantes. -- Principios evaluativos para combatir doce obstáculos que perjudican los aprendizajes de los estudiantes. -- La profesionalización de los docentes, un auténtico reto para la educación. -- Optimizar la calidad de la práctica educativa en contextos de equidad.

Teorizar y transformar la práctica denotan, entre otros, gestos profesionales del actuar competente en la labor educativa. Con esta filosofía profesionalizadora como telón de fondo, el propósito de este libro es ofrecer claves conceptuales, tanto a educadores en activo como a aquellos que se inician en el oficio, que les permitan abordar una práctica educativa avanzada. Dicha práctica habrá de estar sustentada en criterios científicos, profesionales y éticos y se caracterizará por integrar actuaciones vinculadas a la gestión del conocimiento a través de la innovación, la investigación educativa y el trabajo en equipo. El criterio profesional se apoya necesariamente en el conocimiento científico y en la actualización de dicho conocimiento a lo largo del ejercicio de la profesión. Asimismo, se nutre de habilidades y destrezas que habrán de entrenarse, tanto en la formación inicial como a lo largo del desarrollo profesional. Por último, requiere de un saber actuar de acuerdo con las reglas, procedimientos de trabajo y valores que identifican las actuaciones propias de la profesión educativa. Sobre esta tríada de saberes: saber, saber hacer y saber actuar, se organiza la competencia profesional en educación. El contenido de este libro ofrece reflexiones y orientaciones claves que contribuyen a capacitar para un actuar formativo cualificado orientado a la calidad y la equidad de los procesos educativos que se lleven a cabo. Bajo el título Teoría de la Educación: capacitar para la práctica, la teoría deja de ser en sí misma un saber sistemático formulado en tercera persona, ajeno a los contextos particulares donde se desarrollan las actuaciones educativas de los profesionales, para convertirse en un recurso a movilizar que invita al educador, docente y no docente, a reflexionar, reformular y optimizar la propia práctica. Una teoría, en suma, que habrá de ser reconstruida por los propios profesionales y contrastada en los contextos habituales de práctica.